El zombie laboral habita en cualquier escenario profesional, y por supuesto en la industria de la imagen y la belleza también. A estos colaboradores los reconocemos al instante porque aparentan estar siempre muy ocupados, cuando en realidad lo único que hacen es delegar responsabilidades en los demás, en otras palabras, a estas personas realmente no les gustan sus trabajos. 

El zombie laboral o el “working dead” es vago y tiene escasas competencias, pero logra sobrevivir como nadie en todo trabajo porque se gana la confianza de los directivos y no llama especialmente la atención, a pesar de ser ese elemento que en ocasiones, intoxica el ambiente con su presencia.

PERO, ¿POR QUÉ LAS EMPRESAS CONSERVAN A ESTE TIPO DE COLABORADORES? 

La causa de esta realidad puede deberse a dos factores muy específicos: 

  1. Primero que las propias empresas no siempre cuentan con sistemas de evaluación del desempeño de los colaboradores, además, no todos los jefes de equipo se fijan en ellos por su manera tan amable de actuar. 
  2. El segundo aspecto puede llegar a ser un poco más preocupante. ¿La razón? que el propio jefe de esa empresa sea otro zombie laboral. Lo creamos o no en las organizaciones abundan este tipo de personas que abogan por la funcionalidad y no por la innovación (siendo la innovación y la creatividad uno de los elementos clave, más importantes, dentro de esta industria), al contrario, prefieren personas dóciles que no causen problemas, que se limiten a “estar”, que no protesten, que no aporten ideas y que no propicien cambios.

Cabe señalar que no todas las empresas permiten la presencia o la continuidad de estas conductas que a largo plazo, se ven reflejadas en la propia imagen y productividad de las organizaciones.

4 CARACTERÍSTICAS  DE UN COLABORADOR ZOMBIE 

  1. El que sale antes del trabajo: siempre lo logra, aún no ha terminado la jornada laboral y ya está recogiendo sus pertenencias con tranquilidad y jovialidad; aún más, se enorgullece de su actitud asumiendo que su comportamiento es aceptable.
  1. Amor por los chismes/rumores: ese es quizá, una de sus principales motivaciones en el trabajo: conocer los chismes, alimentarse de ellos y divulgarlos, tiene la habilidad de enterarse de todo, pero eso sí, de todo aquello que tiene un componente negativo: recortes, problemas, sanciones, etc. 
  1. El tiempo: este perfil tan común en las organizaciones laborales no tiene problema alguno con el tiempo, siempre llega tarde, se toma unos descansos más extensos de lo habitual y no duda en irse antes.
  1. Sin aspiraciones: el zombie laboral no está libre de talento o de habilidades. Sin embargo, carece de aspiraciones, su único objetivo es sobrevivir en el trabajo y dejar pasar el tiempo.

Lo queramos o no, los zombies laborales convivirán a nuestro alrededor mientras no cambien la manera de conducir a la organización y no exista un compromiso con los objetivos empresariales y la valoración real de las competencias de cada miembro del equipo de trabajo. 

La clave para acabar con los trabajadores zombies es convertirlos en aprendices permanentes y, por supuesto, en empleados comprometidos para que, además de colaboradores, sean vivientes. No olvides que el compromiso conduce a la productividad y ésta a la prosperidad, lo que a su vez nos dirigirá a una organización más sana.

¡Mientras tanto, evitemos ser contagiados por ese virus y por esa actitud!

Escrito por: Itzel Rubio

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